La manera de enterarme de la concesión de este accésit fue alucinante. Había aceptado dos trabajos, a cual más jodido, durante el verano: camarero en el "Carcha" y auxiliar de seguridad en el "Atlanterra". Pero tampoco conseguí juntar demasiada pasta para irme a Madrid. Entonces me llaman al móvil y me pregunta el tipo: "¿Has estado alguna vez condenado a pena de muerte?" Se ve que disfrutó o sufrió el relato, de lo cual me alegro.
No hay comentarios:
Deja un comentario